La fábula de la pequeña Ana.
Esta es la fabula de la pequeña Ana.Ana era una niña normal, inteligente, sencilla y soñadora. Siempre soñaba con encontrar su tesoro, con descubir su mayor felicidad. Había estado toda su vida en busca de ello y sabía, presentía, que su momento estaba cerca, que en poco tiempo pasaría por maravillosas aventuras para poder encontrar lo que tanto tiempo había buscado.
Un día, entristecida por creer que no tenía nada, y desesperada al ver que el tiempo pasaba y su tesoro no llegaba, decido dar un paseo por los lindes del bosque Grande.
No pensaba transparsarlo, ya que se contaban muchas historias de el, y fueran verdad o no, le imponían un miedo que le impedía dar un primer paso y adentrarse en los misterios de bosque Grande.
No se atrevía a comprobarlo por si misma. Solo una vez tuvo el valor, pero tropezó contra una raiz, se levanto y volvío a tropezar con la misma, así que decidió que nunca más entraría, que las historias que contaba la gente eran verdad, y que al final del bosque solo había tristeza y desolación.
Miró hacia el bosque una y otra vez, algo le impulsaba a cruzarlo, a averigurar si aquellas terrorificas historias que contaba la gente del pueblo eran verdad, pero no podía, no debía, era demasiado arriesgado.
- Entra - le decia una voz en su interior - no tengas miedo, el miedo está en ti, no en lo que está a tu alrrededor, entra y compruebalo.
Ana, no pudo resistirlo más, sentía que al final de aquel bosque habría algo maravilloso, su tesoro, aquello con lo que tantas veces había soñado.
Dio un primer paso, los primeros árboles estaban cerca, tan cerca que las hojas, mecidas con una ligera brisa, golpeaban su pequeña cabeza con dulzura, con la misma dulzura que una caricia deseada.
Dio un segundo paso, y un tercero, y un cuarto, y así hasta que la sonrrisa comezo a brotar de sus hermosos labios. En un principio miraba al suelo, saltando toda raiz que pudiera encontar, pero poco a poco se olvidó de su anterior aventura en el bosque Grande y comezo a mirar todo lo que tenía alrededor.
La pequeña Ana, sonrreia, estaba dentro del bosque y no parecía tan malo, todo lo contrario, ahora pensaba que era maravilloso, que todo cuanto tenía a su alredeor era el camino que siempre había esperado, un camino de colores, de flores y mariposas, donde nada le podia hacer daño.
Siguio caminando, con una gran sorrisa dibujada en su rosto, saltando y brincando, ya no le importaban las raices, ya no tenía miedo, solo deseaba encontrar su tesoro. Este tiene que ser el camino a mi tesoro" - Pensaba - "Todo es como había soñado, que grande debe de ser lo que hay al final".
Pero pronto las cosas cambiaron, la noche comenzaba a llegar, y todo lo que antes veía con miles de colores, había comenzado a pintarse de gris.
Empezo a mirar a su alrededor, y el rostro se le entristecio, todo había cambiado ante sus ojos, y comenzó a tener miedo.
El simple sonido de una lechuza le ponía los pelos de punta, el movimiento de las ramas secas, ya no era un hermoso baile si no la amenazadora presencia de terribles mounstros, de miedos del pasado y del presente.
A cada paso que daba se aterrorizaba más, el ruido de los grillos, la caida de una piña, todo aliementaba su miedo, un miedo que ya no le dejaba pensar en su tesoro. Comenzó nuevamente a mirar a las raices, a ver en ellas no un fruto de experiencia, de vida, si no un peligro amenzador, ya había tropezado una vez, y estaba segura que tropezaría de nuevo.
- Sigue, no tengas miedo, nada ha cambiado, solo ha oscurecido un poco, el miedo esta en ti, no en lo que ves- La voz de su interior seguía repitiendolo una y otra vez, pero Ana ya no la escuchaba, su miedo era tal que solo escuchaba a su miedo.
Comenzo a correr, llorando de desesperación y panico y salió del bosque decidiendo que nunca más volvería a entrar, ahora se sentía a salvo, el bosque ya no podría hacerle dano.
- Entra de nuevo, solo un paso más, pronto llegara el alba, no tengas miedo, el miedo está en ti, el bosque no quiere asustarte.
Pero Ana nunca entró, no volvio a entrar jamas. Si probo en otros bosques, algunos llegando al final, pero nunca encontro su tesoro y nunca supo porque.
Muchos años despues, en el momento de su muerte, volvió a presentarse aquella voz, y antes de morir le dijo.
- Solo tenías que haber dado un paso aquel dia en el bosque Grande, un paso y hubieras encontrado tu tesoro. El miedo estaba en ti. Ahora descansa en paz, tu tesoro se ha perdido para siempre.

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