Ensayo
Hoy, como todolos los años desde un tiempo atrás, me ha tocado empezar nuevamente con las clases de teatro. Como es costumbre, me he divertido, he soñado, he aprendido y he afianzado cosas que ya creía.
En una de ellas, Creatividad, realizamos una serie de juegos de preguntas y respuestas; Se trataba, basicamente, de diferenciar lo que era parte de nuestra imaginación, parte real, y como las dos confluían en una sola, sin trabas, sin frenos, creandose una realidad imaginativa y real al mismo tiempo. Pondré un simple ejemplo, el de mi maestro. Imaginate la ventana de tu casa. Estás fuera, en la calle y la puedes ver, no dejas de mirar para ella. Poco a poco comienzas a ascender, flotando en el aire, cada vez más y más lejos de tu ventana, no dejes de mirarla. Seguro que nunca has visto tu ventana desde esa perspectiva, desde lo alto de tu edificio, o desde un crater de la luna, pero nada te indica que no sea real, sigues viendo tu ventana y el cerebro la acepta como tal e imagina el resto que desees imaginar.
Nuestro cerebro es primitivo en muchos aspectos, primero nos emocinamos y a continuación, en mayor o menor mediada, pensamos lo que nos ha pasado, formandonos una realidad fría de nuestras emociones anteriores. Creemos o pensamos que estamos en lo cierto, que nuestras decisiones siempre son las correctas, porque no alcanzamos a ver más que nuestro presente, y nuestras decisiones están codicionadas por tal, ya que imaginamos el futuro de nuestro presente. Si hoy me duele el estomago, o me siento cansado o con gripe y un amigo me llama para quedar a la mañana siguiente, seguro que sin pesarlo, una respuesta instintiva sería algo como: "No me apetece", pero quizás mañana me encuentre mejor, en el presente de la mañana siguiente y si me apetezca quedar con un amigo.
Podría pasar el caso contrario, mi energía esta al máximo y quedo con el, pero a la mañana siguiente me duele el estomago y ya no me apetece salir de casa.
Con nuestras decisiones pasa lo mismo, nuestra mente es imaginativa y crea una futuro posible de los miles que puede haber, anticipandonos a un final que non tendría por que ocurrir. Nuestro presente repercute en nuestras decisiones y sea nuestro presente o no favorable, mañana puede ser distinto y nuestra forma de ver el asunto podría tomar tintes totalmente opuestos.
Quizás si nos conocieramos más a nosotros mismos comprenderíamos porque muchas veces tomamos las decisiones en nuestro momento emotivo y no racional y cuales son todos los factores que influyen en ellas, organicos, emocinales, medio ambientales, sociales, culturales, de entorno cercano...
Con esto no quiero decir que no tengamos que sentir, ni mucho menos, debemos sentir, somos grandes seres emotivos, pero también debemos comprendernos, comprender como funcionamos, pararnos un momento para respirar y preguntarnos simplemente cosas como: ¿Qué es lo que ha pasado?,¿Por que lo hice?,¿Me he equivocado?, ¿Me estoy equivocando o e acertado?,¿Es la decisión o el camino más justo?. Si nuestro cerebro nos engaña, incluso son hace creer que estamos bien cuando no lo estamos, ¿porque confiamos tanto en nostr@s mism@s? Nunca dejeis de quereros, pero confiar siempre en que podeis estar equivocad@s en vuestras decisiones.
Comprendernos ayuda a comprender a los demas.
Creo que incluso así, a la larga, llegaríamos a evitar muchas guerras, si no todas, o por lo menos las detendríamos antes de que fuese demasiado tarde.
En una de ellas, Creatividad, realizamos una serie de juegos de preguntas y respuestas; Se trataba, basicamente, de diferenciar lo que era parte de nuestra imaginación, parte real, y como las dos confluían en una sola, sin trabas, sin frenos, creandose una realidad imaginativa y real al mismo tiempo. Pondré un simple ejemplo, el de mi maestro. Imaginate la ventana de tu casa. Estás fuera, en la calle y la puedes ver, no dejas de mirar para ella. Poco a poco comienzas a ascender, flotando en el aire, cada vez más y más lejos de tu ventana, no dejes de mirarla. Seguro que nunca has visto tu ventana desde esa perspectiva, desde lo alto de tu edificio, o desde un crater de la luna, pero nada te indica que no sea real, sigues viendo tu ventana y el cerebro la acepta como tal e imagina el resto que desees imaginar.
Nuestro cerebro es primitivo en muchos aspectos, primero nos emocinamos y a continuación, en mayor o menor mediada, pensamos lo que nos ha pasado, formandonos una realidad fría de nuestras emociones anteriores. Creemos o pensamos que estamos en lo cierto, que nuestras decisiones siempre son las correctas, porque no alcanzamos a ver más que nuestro presente, y nuestras decisiones están codicionadas por tal, ya que imaginamos el futuro de nuestro presente. Si hoy me duele el estomago, o me siento cansado o con gripe y un amigo me llama para quedar a la mañana siguiente, seguro que sin pesarlo, una respuesta instintiva sería algo como: "No me apetece", pero quizás mañana me encuentre mejor, en el presente de la mañana siguiente y si me apetezca quedar con un amigo.
Podría pasar el caso contrario, mi energía esta al máximo y quedo con el, pero a la mañana siguiente me duele el estomago y ya no me apetece salir de casa.
Con nuestras decisiones pasa lo mismo, nuestra mente es imaginativa y crea una futuro posible de los miles que puede haber, anticipandonos a un final que non tendría por que ocurrir. Nuestro presente repercute en nuestras decisiones y sea nuestro presente o no favorable, mañana puede ser distinto y nuestra forma de ver el asunto podría tomar tintes totalmente opuestos.
Quizás si nos conocieramos más a nosotros mismos comprenderíamos porque muchas veces tomamos las decisiones en nuestro momento emotivo y no racional y cuales son todos los factores que influyen en ellas, organicos, emocinales, medio ambientales, sociales, culturales, de entorno cercano...
Con esto no quiero decir que no tengamos que sentir, ni mucho menos, debemos sentir, somos grandes seres emotivos, pero también debemos comprendernos, comprender como funcionamos, pararnos un momento para respirar y preguntarnos simplemente cosas como: ¿Qué es lo que ha pasado?,¿Por que lo hice?,¿Me he equivocado?, ¿Me estoy equivocando o e acertado?,¿Es la decisión o el camino más justo?. Si nuestro cerebro nos engaña, incluso son hace creer que estamos bien cuando no lo estamos, ¿porque confiamos tanto en nostr@s mism@s? Nunca dejeis de quereros, pero confiar siempre en que podeis estar equivocad@s en vuestras decisiones.
Comprendernos ayuda a comprender a los demas.
Creo que incluso así, a la larga, llegaríamos a evitar muchas guerras, si no todas, o por lo menos las detendríamos antes de que fuese demasiado tarde.

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